martes, 30 de junio de 2009

Migración

Hoy eh renunciado a mi trabajo, por uno relativamente "mejor", y es que es difícil abandonar aquello que se ama, mucho mas cuando se sabe que no se podrá regresar jamas, al menos no en las mismas condiciones.

Estuve trabajando en aquel precioso museo por casi un año; todos los días levantarme temprano, arreglarme, tomar a Golondrina y llegar antes que nadie, eso hoy cambio.

Una vez mas se demuestra lo que dicen, "Golondrina no hace nido". A veces es una tristeza tener el alma de una ave que siempre migra, pues aunque yo no anide en ningún lugar, todos los lugares anidan en mi corazón, creo que tengo un corazón como rompecabezas, hecho de muchas partecitas de diferentes nidos, lugares y personas, unas mas grandes otras mas rotas, mi corazón es un nido muy diverso.

Llegue resuelta, agitada como siempre por todo el aleteo, pero cuando al fin puse los pies en la tierra caí en la realidad: firmaría mi renuncia y cobraría mi ultimo pago. Continué muy bien, sonriente, casi escapo de una pieza, hasta que me tope de frente con una amiga y tuve que decir adiós, mi mirada de hizo de agua con el solo hecho de pronunciar aquella pequeña palabra, pequeña pero muy pesada.

Mi superior lo vio todo, y al fin reconoció que en realidad no era del todo mi deseo el "abandonarles" y me invito a pasar a las salas y despedirme de mis compañeros.

No pude, simplemente no pude, jamas eh podido despedirme de la gente que aprecio, así que asustada alse nuevamente el vuelo y me marche a tierras aun desconocidas para mi.

Se que todos notaran mi ausencia y se preguntaran ¿donde esta?, no deben preocuparse mucho, yo seguiré volando de un lado a otro, volveré lo se, pero sera solo de paso, sera solo un momento.

Me encontraran por la ciudad, pregunten por mi: el viento sabrá.

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